De pronto me encontré manejando sin rumbo, todos mis sentimientos se habían esfumado, no sentía nada, mi mente casi en blanco seguía conduciendo hacia mi destino de cada fin de semana, aunque era apenas martes algo muy profundo de mí quería ir a ese lugar. Aunque yo asegurara que lo que había pasado minutos atrás no me afectaba tenia tantos sentimientos dentro de mi que simplemente mi corazón se bloqueo, no había risa, tampoco llanto, no había desesperación pero tampoco tranquilidad, mi respiración era normal, el tiempo seguía pasando y yo ya había perdido ese sentido, los minutos pasaban y seguía manejando, siempre con la seguridad con la que maneje, las calles solo era un tramite para llegar a mi destino final, el sol ya estaba exactamente arriba de nosotros y aunque había nubes en alguna parte el calor arreciaba. La gente iba y venia con sus movimientos habituales todos era tan normal para toda la gente, el único que no cabía en todo ese movimiento era mi tiempo, estaba fuera de lugar, mis pensamientos solo me llevaban hacia esa piedra a la que tantas veces había ido. El día era perfecto para escalar, solamente que escogí el día en que nadie estaba dispuesto a hacerlo, el tiempo pasaba y el lugar se acercaba, mi mente seguía en blanco, recordando lo que ella había dicho, lo que ella había escogido, tratando de no recordarlo, tratando de liberarme de esos sentimientos solamente me llevaban a confundirme mas, me preguntaba si lo que hice estuvo bien, o mal o en que había fallado, miles de preguntas, miles de respuestas que no encontraban una verdadera congruencia, mi mente iba a explotar con cada minuto que pasaba, hasta que decidí no pensar mas, estaba entrando a aquel reino de piedra y de vida vertical. El corazón latía mas fuerte que lo de costumbre, la hora cero se acercaba, maneje hasta la base de esa ruta, sin detenerme a pensar simplemente detuve mi carro, la sangre volvió a su velocidad normal, mi respiración era lenta, trataba de concentrarme. En aquel momento solo detuve el carro, abrí la puerta camine hasta la parte trasera de mi auto y abrí la cajuela, saque mis zapatos para escalar y mi bolsa de magnesia, regrese a mi asiento y me arremangue mis pantalones, el tiempo ahora se había detenido, no pensaba mas, sentía mis músculos llenarse de fuerza, la respiración era calmada, el sonido del desierto era relajante, no había ni un alma dentro de aquel cañón, simplemente mi soledad y yo, mi fuerza y mi seguridad, mi tiempo y mi vida se encontraban todos en un mismo lugar, al mismo tiempo la determinación por hacer aquello me llevo a niveles de excitación nunca antes encontrado, una vez que me puse mis zapatos me quite mi camisa y camine 4 pasos hasta la base de la ruta, no entiendo aun el nombre que le ponen, pero así las nombran y así es como se conocen, al momento de subir mi primer pie sabia que todo podía quedar ahí, en un simple momento, no estaba demostrando nada a nadie, nadie sabia que estaba ahí, solo Dios comprendía porque lo hacia, subí mi pie izquierdo y empezaba la travesía, cada paso que daba lo hacia con tanta seguridad que no había modo de equivocarme, sabia que si algo salia mal ahí acababa todo, lo que tuvo sentido ahora simplemente era una excusa para subir, lo que nó, ahora recobraba su importancia, cada paso que daba iba dejando mi opresión, cada vez sudaba mas, con cada movimiento que hacia era un gran logro, sin embargo nunca olvide que era fatal lo que estaba haciendo, si me equivocaba no había mas que hacer. Quise detenerme, trate de reaccionar pero no había nada que pensar, el destino para mi ese día estaba arriba, no había nadie que lo impidiera, Dios era el único observador y tal vez mi cuidador. Mi respiración seguía calmada, mi sangre corría normalmente, mi estado de inconciencia cada vez llegaba a menos, con cada paso que daba mas me daba cuenta que tenia que volver, no había cuerda con cual volver, así que tenia que des-escalar, tal vez el descenso es mas difícil porque no ves que es lo que estas pisando, una vez que llegue a la cima, alrededor de 30 metros del nivel del suelo, me detuve a observar desde allá arriba cual era la perspectiva, simplemente seguía el desierto, no había gente a la cual demostrar lo que había hecho y lo que iba a hacer, enseguida empecé mi descenso, mis pensamientos se centraban en el siguiente paso una vez que ponía firme el que había hecho, cada paso lo hice tan cautelosamente que parecía que no iba a terminar, el llegar a la mitad de la piedra en aquella grieta no encontré donde pisar, buscaba una y otra vez, mi corazón empezó a latir mas fuerte, la respiración era mas agitada, pero aun así, la desesperación nunca llego, mi pensamiento era solamente un paso mas, solo uno y llegamos, después de tratar 2 diferentes pasos, pude realizar el descenso, en ese momento sabia que mi inseguridad había partido, se había ido lejos, era una extraña de la cual no me acordaba, mi vida tenia sentido, el enfrentarme a la muerte ese día despertó en mi un gran entusiasmo por demostrar que no podían vencerme, que se necesitaba mucho mas para verme caído. Nadie era tan poderoso para dañar a alguien mas, simplemente el que se deja dañar es el que sale perjudicado, mi liberación había llegado al subir esa ruta sin ningún elemento de seguridad.